Cursé mis estudios universitarios entre los años 87 y 93. Fui la primera persona de mi familia en ir a la Universidad. Mi padre era empleado de banca. Mis abuelos fueron cantero y conductor de autobuses, respectivamente. Si yo pude ir a la Universidad fue gracias a la generalización de la Universidad pública que se produjo en los 80.
Por eso, me entristece ver cómo con cierta frecuencia aparecen mentes clarividentes que enarbolando la bandera de la liberalización proponen medidas que me repugnan.
Leo hoy en la edición digital de El País que Mas-Collell quiere liberalizar los costes de los estudios de postgrado. Leyendo la noticia, descubro que lo que realmente quiere es liberalizar el precio que el estudiante deba pagar por los estudios de postgrado. Lo siento, pero no puedo estar de acuerdo ni de lejos. No tengo ningún problema con que una institución privada defina la política de precios que considere adecuada. Ahora bien, las Universidades públicas son financiadas por todos para cumplir varias funciones que redundan en beneficio de la sociedad en su conjunto. Una de estas funciones, es garantizar, en la medida de lo posible, que cualquier español tenga acceso a los estudios universitarios independientemente de su nivel de renta.
Si los fondos públicos son insufucientes deberíamos pensar en formar a menos estudiantes, pero siguiendo el criterio de formar a los más capaces y no a los que tienen más recursos económico.
La reciente reestructuración de los estudios universitarios en Grado y Máster ya ha supuesto un cambio en las cantidades que un estudiante tiene que abonar. Tradicionalmente un estudiante de una licenciatura o una ingeniería tenía que abonar un precio anual que rondaba los 1000 euros anuales. Con la reorganización que trajo Bolonia esto se mantiene para los primeros años. Sin embargo, Bolonia hace mucho más importante que un estudiante complete sus estudios con un postgrado. Y los precios públicos para cursar un Máster (de entre 1 y 2 años) rondan los 1800 euros por año. Subir más (o dejar barra libre) en los precios de que debe pagar un estudiante es una manera de formar mejor solamente a los que más tienen.
Otro día, hablaré de la otra propuesta del Sr. Mas-Collell, la del control político de las Universidades sustituyendo la elección del rector por un nombramiento a dedo.